"Mi mujer está muerta y ya ha recibido sepultura.
Estoy solo en casa, yo solo con las dos criadas.
De modo que soy libre de nuevo, pero ¿de qué me sirve ahora la libertad?
Tengo al alcance de la mano todo lo que vengo anhelando desde hace veinte años -ya he cumplido treinta y cinco-, pero me faltan arrestos para tomarlo. Y de todas formas, ya no lo disfrutaría."
(Una confesión póstuma - Marcellus Emants - Trad: Gonzalo Fernández Gómez - Sajalín editores)
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