"Los hombres no tienen ningún secreto. Hay que creer que tienen uno, pero, en el fondo, una vida no oculta nada. A fin de cuentas todo se ve, es decepcionante. Todo el problema consiste en creerse que queda un misterio."

domingo, 15 de diciembre de 2013

Algunos comentarios sobre el Valencia CF tras su derrota contra el Atlético

UNO. Djukic debe abandonar. O ser despedido. El Valencia lleva toda la temporada ofreciendo una imagen nefasta, lo que en gran parte es responsabilidad del entrenador. Los jugadores no saben qué hacer con el balón: se pasan la pelota inútil y cansinamente, lo que a su vez favorece las pérdidas poco afortunadas -por la oportunidad que ofrece al rival de armar un contraataque-; tampoco se atreven a mirar a portería. No hay ritmo ni desmarques, casi siempre se pide al pie. Asimismo, la lentificación del juego provocada por el abuso del "toque paralizante" (cuánto más se toca, menor es la clarividencia) es exasperante.

DOS. Mismo protagonista. ¿Existe algún entrenador en Primera División que haga peor los cambios que Djukic? Siempre tarde y desafortunados.

TRES. Sergio Canales. Ha llegado la hora de exigirle más; que saque a relucir la calidad que se le presupone. Ha tenido minutos y tiempo suficiente para ponerse a tono y coger ritmo tras las graves lesiones sufridas. No puede ser por más tiempo un fantasma que se mueve y trabaja, pero que rara vez acierta, por lo que ser decisivo ni se plantea. Además está jugando en uno de sus sitios preferidos: por el centro. Mediapunta. Quizá incluso la demarcación de mediocentro (o interior en esquema tipo 4-3-3) sería más propicia para él. Lo importante es que ya no juega como interior de banda, un sitio donde literalmente se ahogaba y era una nulidad total. Debe dar dos pasos hacia adelante y corresponder a la confianza que se le ha dado.

CUATRO. Ahora mismo los jugadores más ilusionantes de la plantilla son José Luis Gayà y Fede Cartarbia. Más minutos y responsabilidades para ellos. Sinceramente, creo que son mejores que sus competidores: sólo necesitan confianza y continuidad. Por no hablar de su potencial...

CINCO. Parejo es una de las noticias más positivas del equipo. Posiblemente el más regular y el que mejor lo ha hecho en los minutos que ha dispuesto. No obstante, tampoco es que esté a un nivel superlativo (lo que dice muy poco de sus compañeros).

SEIS. Relacionado con el punto anterior: Banega desaparecido y pasado de forma (con varios kilos de más). El Valencia necesita a su teórico mejor jugador, y Banega no sé si necesita un dietista, un entrenador personal, un psicólogo, un canguro, ... ¡Pero ponédselo!

SIETE. Y seguimos con lo mismo: mojo la cama imaginando un centro del campo con Banega, Canales y Parejo juntos (y en forma).

OCHO. Jonás. Reconociendo su clase y calidad, no soporto su sangre horchatera. Lo que en unos partidos te da, en otros te lo quita.

NUEVE. Creo que la línea defensiva poco a poco ha ido mejorando, lo que tampoco quiere decir mucho.

viernes, 22 de noviembre de 2013

Experimento con la India, de Giorgio Manganelli

Hasta este libro, no había leído nada de Manganelli. Craso error por mi parte. Éste no es estrictamente un libro de viajes, es mucho mejor; literatura basada en la experiencia del autor en su periplo por India, una India vista (y vivida) desde un punto de vista y una forma de pensar personales, haciendo que la obra resulte verdadera y muy interesante, lo que unido a su poética (y reiterativa) prosa, concluye en una brillante pequeña obra  (por la extensión). Me encantó. Sentir la magia y las evocaciones suscitadas a partir de sus percepciones y pensamientos enlazados y sesgados por su origen (y por añadidura mentalidad) occidental. Sentir la India como la sintió él. Una India, podríamos decir, que abarca todo, de mil caras, inasible, extensísima en todos los sentidos: territorialmente, teológicamente, culturalmente, humanamente y todos los mentes más que se puedan ocurrir. Una amalgama de personalidades y contrastes. Un lugar donde la inmortalidad del alma parece estar siempre presente en el subconsciente de las gentes y formar parte de las raíces, la esencia, de la sociedad, siendo lo más terrorífico su capacidad de contagio. Un sitio donde se aceptan los vaivenes y las suertes de la vida con completa normalidad, donde la autocompasión no parece existir. Un espacio donde caben todas las religiones, con innumerables templos, iglesias, mezquitas, etc.; algunas abandonadas y dejadas a merced del tiempo pero igualmente vigentes. Un territorio donde no se olvida la historia, en especial si tiene algo de teológica. Una porción que hipnotiza pero ahoga, que fascina pero atemoriza, que obnubila pero choca.

Experimento con la India es una guía particular, subjetiva, literaria, artística, sesgada; que dice, expresa, transmite mucho más que cualquier guía estandarizada y sin personalidad.


(Experimento con la India - Giorgio Manganelli - Trad: Júlia Benavent - Edicions Alfons el Magnànim)

viernes, 15 de noviembre de 2013

Ferdinand, de Louis Zukofsky

Éste es uno de esos libros a los que se llega por casualidad, como a casi todas las cosas buenas de la vida, y debido a ello, el impacto que me ha causado su lectura, ha sido poderosamente significativo. Louis Zukovsky es un maestro de las letras, del arte de escribir, embolicar y expresar. Creo que totalmente desconocido en la Península, a día de hoy, claro, si todo lo que ha escrito es de la misma calidad (técnica y artística), debería tener un mucho mayor reconocimiento y no quedar sepultado en la desmemoria de la sociedad. Yo, desde luego, recomiendo su lectura fervientemente. Dicho lo cual, es difícil explicar el hipnotismo que provoca Zukovsky, su prosa es como una bruma que envuelve y hechiza; suave, embelesadora, y al mismo tiempo aturrulladora, dispersa, misteriosa; es capaz de pasar de la reflexión concreta a la ambigüedad romántica y esquiva en la misma frase, el mismo párrafo; es como si fuese dando saltos de aquí para allá, sin brusquedad, con levedad y delicadeza, transportando al lector junto a su relato, salpicado de disgresiones y reflexiones acerca de la vida (niñez, familia, guerra, amistad, etc.), poderosas imágenes que se forman inevitablemente en la mente del receptor, sensaciones que experimenta y transmite el protagonista con el narrador como intermediario. Se pasa del tiempo preciso al más inconcreto y difuso, uno parece anclado en la cabina de un barco que navega apaciblemente sobre el cielo, no quiere despegar los ojos de la seductora prosa, ni desea alterar la mente de la mágica atmósfera en la que el autor le ha inmiscuido.


"-Supongo que la consideración de la vida pasada, de la vida de cualquiera se resume en esto: todo lo que se aparta del proyecto de uno es una maldita pérdida de tiempo, salvo cuando se trata de una pausa que nos hace menos solitarios. Conozco un hombre de más de ochenta años que aún sigue trabajando y cuyos designios se polarizaban en la familia. Lo triste es que apenas dispone de una pausa, Me refiero a que las riñas de sus hijos y su observación divertida de las excentricidades de aquéllos, asó como su madura impotencia le proporcionan poco consuelo, aunque le hacen menos solitario. Pero sigue sustentándoles y cualquier otra tarea le parecería una maldita pérdida de tiempo. Tiene una enorme energía el viejo. Bien podría haber empleado parte de ella en escribir una novela sobre su familia -en un momento quiso hacerlo- pero sabía que no pasaría de un puro sentimentalismo, al menos para él, el pensar en ellos en términos de literatura..."


(Ferdinand - Louis Zukovsky - Trad: Aurora Campos y Juan Antonio Matesanz - Barral editores)

domingo, 10 de noviembre de 2013

Dilemas

La paradoja existente entre ser lo que de verdad uno es -y la dificultad que entraña darse cuenta y aceptarlo por uno mismo- y lo que uno querría ser -y los espejismos experimentados que le animan a ello-.

viernes, 8 de noviembre de 2013

Pelear

Tengo la impresión de que la vida está constituida por peleas y más peleas... de las que uno sale derrotado.

lunes, 4 de noviembre de 2013

viernes, 25 de octubre de 2013

Comprar un libro por su comienzo: Albert Camus

"Hoy ha muerto mamá. O quizás fue ayer. No lo sé. Recibí un telegrama del asilo: "Falleció su madre. Entierro mañana. Sentidas condolencias". Pero eso no quiere decir nada. Quizá fuera ayer."

(El extranjero - Albert Camus - Trad: Bonifacio del Carril - Emecé editores)

miércoles, 23 de octubre de 2013

Impases

Pasarse toda la tarde ensimismado, frente al ordenador, escuchando una y otra vez la misma canción. 


Nobody´s Home, Meredith Brooks.
 

martes, 22 de octubre de 2013

Madres...

Sea Chanty

My mother hates the sea,

my sea especially,
I warned her not to;
It was all I could do.
Two years later

the sea ate her.

Upon the shore I found a strange
yet beautiful food;
I asked the sea if I could eat it,

and the sea said I could.
- Oh, sea, what fish is this
so tender and so sweet? -

- Thy monther´s feet - was its answer.

(Gregory Corso)


Saloma del mar

Mi madre detesta el mar
especialmente mi mar;

La avisé que no lo hiciera;
era todo lo que podía hacer.
Dos años más tarde

el mar se la comió.

En la orilla encontré una extraña
pero maravillosa comida;

Pregunté al mar si podía comerlo,
y el mar me dijo que podía.
- Oh, mar ¿qué pescado es este
tan tierno y tan dulce? -
- El pie de tu madre - fue su respuesta


(Gasolina y otros poemas de Gregory Corso - Trad: Diego A. Manrique - Star Books)

lunes, 21 de octubre de 2013

Patito feo

"El patito feo esperó siempre, acurrucado en un rincón de su pequeña habitación, la llegada del Hombre Amarillo. Y, sin embargo, en la escuela le prometieron que, en cualquier encrucijada, el Hombre Amarillo puede tenderte la mano. También le prometieron -sus padres, pobre chico- que algún día llegaría a ser un cisne. Pero sus plumas perdían, poco a poco, el color y un buen (?) día desapareció sin dejar rastro, quién sabe qué habrá sido de él."

(Poesía completa - Leopoldo María Panero - Visor)

domingo, 20 de octubre de 2013

El sentido del matrimonio

Sirve, para no estar solo, absolutamente solo, en la vejez. Tener compañía una vez que nadie se interesa por ti. Lo demás son embustes y falacias.

sábado, 19 de octubre de 2013

Pequeña muerte

Esas siestas que te dejan los músculos atontados, con un leve, continuo y placentero dolor.

miércoles, 16 de octubre de 2013

Comprar un libro por su comienzo: Marcellus Emants

"Mi mujer está muerta y ya ha recibido sepultura.
Estoy solo en casa, yo solo con las dos criadas.
De modo que soy libre de nuevo, pero ¿de qué me sirve ahora la libertad?
Tengo al alcance de la mano todo lo que vengo anhelando desde hace veinte años -ya he cumplido treinta y cinco-, pero me faltan arrestos para tomarlo. Y de todas formas, ya no lo disfrutaría."

(Una confesión póstuma - Marcellus Emants - Trad: Gonzalo Fernández Gómez - Sajalín editores)

martes, 15 de octubre de 2013

Extractos: La música y la vida

"Hay canciones en la vida que te dan ganas de pisar el acelerador, de vivir, de follar... no digo que sean obras maestras, no, son cancioncillas inofensivas, casi banales, pero que consiguen darte ganas de pararte, de mirar a tu alrededor y disfrutar del instante... el tipo de música que te hace ver la vida como debería ser siempre: bonita, ¿entiendes?; desconocidos que no he visto en mi vida, me sonríen de repente, como si entendiesen el momento de felicidad que sentía al ver la vida como la veo gracias a la música."

Antoine, personaje de Café de flore, film de Jean-Marc Vallée.

miércoles, 9 de octubre de 2013

jueves, 19 de septiembre de 2013

El puto cáncer en carne propia


Ruth Picardie la va a palmar. Este libro muestra cómo afrontó un cáncer con metástasis (incurable, terminal) a través de escogidos emails que manda y recibe en el transcurso de su enfermedad, y unos artículos que escribió para Observer. En orden cronológico. Son emails personales y artículos directos: hablamos de una obra sin artificios. El único que hay es el humor; un humor ácido y a veces cruel; la única opción para sobrellevar la terrible enfermedad y la muerte acuciante que acecha a la vuelta de la esquina. Muestra que a pesar de la enfermedad y la inminente muerte, sigue pensando en las mismas cosas que podrían considerarse superficiales pero que llenan una vida: sexo, aspecto físico, complementos y vestimenta, etc. Ocio y socialización. Ironiza con y sobre todo. A su vez resulta duro. Emociona. Transmite. Es cercana. Un libro que ayuda a comprender mejor la vida contemporánea... y el golpe que supone la muerte; añado: vivir sabiendo que te queda poco de vida y que a partir de ahora vas ir a peor y cuesta abajo. Además, cuando se es joven –32 años- y se tienen hijo e hija de apenas año y pico. Hace reír y llorar, no obstante la amargura se mantiene en todo momento -no existe escapatoria posible-.


Extracto de email de su amiga Carrie, 29 de Julio de 1997: “No, No, No, No, No, No, No. Esto no puede estar pasando, Ruthie. No tengo palabras para expresar lo que he sentido al recibir tu e-mail, pero, entre otras emociones, hay mucha rabia, mucho llanto y la sensación de haber sido aplastada. ¿Cómo puede una persona recibir tantas malas noticias? ¿Cómo la medicina moderna, tradicional o alternativa no pueden tener ningún remedio para esta enfermedad? No sabes cuánto odio esta enfermedad. Odio que mueras joven, que te prive de tu futuro con tus hijos y me prive a mí de mi amiga más leal y querida. Odio que te deje inerme: que te manipule como una marioneta, y que tú, la señora-Picardie-siempre-controlada, no puedas controlar nada. Odio que hayas puesto tanto esfuerzo en derrotar esta enfermedad y que consigas nada, nada en absoluto, a cambio. Odio que ni siquiera puedas vivir lo que te queda con buena salud. Ojalá pudiera decir algo positivo acerca de este horror. Pero no puedo. No hay justicia en el mundo y queda claro que tampoco hay Dios.”

(Antes del adiós - Ruth Picardie - Trad: Cristóbal Pera - Galaxia Gutenberg)

sábado, 7 de septiembre de 2013

El culo


Estaba sentado en un parque, viendo a las chicas pasar, qué piernas pensé cuando pasó la maciza rubia, que ya debería rondar los cuarenta y pico, pero que buena que estaba, pasó por delante de mi cara, se contoneó provocándome una erección difícil de disimular, porque iba en chándal, pero principalmente porque tengo un pene gordo y grande, el caso es que el pantalón le quedaba ceñidísimo en ese culo maduro pero en excelente forma, se notaba que iba al gimnasio, su culamen era soberbio, respingón, hipnotizante. No pude sacármelo de la cabeza, ese culo maduro tan bien formado no paraba de revolotear por mi cabeza, mientras yo estaba con una erección de la ostia, con ganas de pegar un polvo salvaje precisamente al culo que había pasado hace unos momentos por delante de mis narices, que había fotografiado con los ojos y no podía borrar de mi cabeza, ese maravilloso culo de mujer madura, de cuarenta y pico, probablemente más cercana a la cincuentena, sin duda tenía un pandero difícil de olvidar: tan bien formado, tan seductor, tan atractivo,... en ese momento habría dado mi vida por tener ese culo frente a mi polla y clavársela hasta el fondo, disfrutar como un chaval con zapatillas nuevas de esas caras que llevan los pijos que están tan en boga, hacérla llegar al orgsamo, bombear hasta la extenuación, hasta quedarme seco, sin una gota de semen; ese imán que tiene como trasero seguro que está cotizado, porque yo, que tengo unos cuantos años menos que la señora portadora del trasero, estaba conmocionado, no, más bien turbado, ante el impacto de aquel prodigioso cacas, cuyo agujero me imaginaba taladrando con mi mastín largo y regordete, mientras no podía disimular la tremenda erección, yo ahí sentado en un banco de un parque público y la gente mirándome la entrepierna, yo ahí supercachondo sufriendo un orgasmo mental mientras los demás pasaban por delante a paso veloz con una mezcla de horror y fascinación ante la emoción que estaba experimentando, y es que no podía parar de pensar en aquel culo, EL CULO, que había pasado ante mis ojos como si nada empero ahora ya no podría borrar de mi mente, me imaginaba follando el agujerito de las admirables nalgotas que se habían incrustado en mi memoria y el éxtasis volvía a mí, se notaba ya que vestía chándal y mi miembro de tamaño considerable estaba lo más alzado que nunca ha estado, deseando agarrar el culo de una cuarentona camino de los cincuenta, cuyo trasero era ineludiblemente atractivo, me daba lo mismo ser bastante más joven que aquella señora con el mejor culo jamás visto por mi persona; al lado de ese culo, todas las barbies se podían ir a la mierda, sí, me quedaba de calle con el culo cuarentón, extraordinariamente atractivo, que se contoneaba sabiendo que era el culo más hermoso y al mismo tiempo más turbador existente en el mundo, sabiendo que a su paso provocaba millares de erecciones de las más variopintas personalidades, y yo mientras, en el banco del parque, sentado, que no lograba sacarme de la cabeza la imagen del pandero alejándose de mí tras haberme provocado la erección más brutal que he experimentado en vida, yo ahí, todo cachondo, deseando acariciar primero para después agarrar con brusquedad ese pandero, venerarlo como si del mismísimo Dios, en caso de existir, se tratara, y por supuesto bombearlo hasta la extenuación, porque ese culo era capaz de soportar las más intensas acometidas del más grande de los pollones, ése Dios ya habría recorrido lo suyo y se habría enfrentado a las más diversas vergas, y en cambio no a la mía, yo que nunca he deseado más meterla en un agujero que en ése, meterla en el apabullante culo de la casi cincuentona cuyas caderas no tenían nada que envidiar a las de una veinteañera, con ese culo bien apretado al pantalón, musculoso, macizo, voluminoso en su justa medida y con forma de manzana, que me cautivó y me hipnotizó y me hizo llegar al éxtasis supremo sin ni siquiera tocarme, yo ahí en medio del parque viviendo un orgasmo mental, con toda la sangre en la base del pene sobresaliendo de los calzoncillos y formando una tienda de campaña en el pantalón del chándal, lo que habría dado en ese momento por acometer la sacudida más fiera, con mi gran pene y sus portentosas caderas, introduciéndolo por el orificio anal que más he deseado en mi vida, y en cambio estaba sentado en el banco del parque con la cabeza en otra parte, mientras la gente que pasaba me miraba con horrorizada curiosidad, y yo que no podía evitar pensar en el maravilloso culo que se había posado ante mis ojos, y me entraban ganas de percutirlo ininterrumpidamente día y noche, pero el pandero se esfumó y solo quedaron las imágenes de mi cabeza, imágenes que por una parte hubiese deseado borrar para dejar de sentir la voluptuosidad que acompañaba de movimientos bruscos involuntarios, no podía escapar de aquel trance aunque me invadiera una sensación inconsciente de vergüenza, pero el éxtasis sin duda nublaba mi consciencia, y yo que no paraba de ver en mi cabeza ese culo contoneándose frente a mí, y me imaginaba agujereandolo con mi pollón, y en cambio estaba en el banco del parque, ahora tumbado, moviéndo mis extremidades descoordinadamente, gozando sólo de imaginarme en situación; y la gente me miraba y me señalaba entre extrañada y perturbada, mientras yo seguía pensando en el culo más potente y turbador que había visto en mi vida, y que se había alejado de mí como una diosa inalcanzable a la que sólo podría venerar mientras su imagen permaneciera en mi cabeza, las sacudidas de mis extremidades cada vez eran más notorias y extrañas, la voluptuosidad no me dejaba salir del trance, mientras, yo ahí, sintiendo infinitas descargas de placer, y eso que por la mañana me propuse ir al parque para leer el periódico y desentumecer el cuerpo, quién iba a imaginarse que me encontraría el mejor culo del mundo, que además me hechizaría y me convertiría en un pseudoepilético de la voluptuosidad, sí, qué sensaciones era capaz de provocar en mí la mera imagen del culo más perfecto del mundo, el culo que portaba una cuarentona ya camino de los cincuenta, con ese pantalón apretado que dejaba ver la rotundidad y atractivo de éste, ese culazo que me habría encantado llenar de besos y saliva, para después empuñarlo y proceder sobre él con violencia, no podía quitármelo de la cabeza mientras me revolvía en el suelo, había encontrado EL CULO, y mientras permaneciese la nítida imagen de ese culo contoneándose y provocando todos mis sentidos no podría parar de lanzar alaridos e imprecaciones debido a la voluptuosidad, había encontrado el pandero más perturbador del mundo y lo había dejado escapar, pero mientras, su imagen permanecía en mi cabeza y yo rodaba y me estremecía en el suelo, lanzando sacudidas espontáneas e incontroladas, y mi gran pene marcándose a través del pantalón de chándal, yo, que había esperado una mañana apacible y sin complicaciones, me veía inmerso en un éxtasis que no era capaz de controlar, todo porque había visto pasar ante mis ojos el culo más bien formado que puedo imaginar, culo cuya dueña probablemente era una cuarentona camino de los cincuenta, joder qué culo y cómo me hubiera gustado agujerearlo con mi inmensa verga.