UNO. Djukic debe abandonar. O ser despedido. El Valencia lleva toda la temporada ofreciendo una imagen nefasta, lo que en gran parte es responsabilidad del entrenador. Los jugadores no saben qué hacer con el balón: se pasan la pelota inútil y cansinamente, lo que a su vez favorece las pérdidas poco afortunadas -por la oportunidad que ofrece al rival de armar un contraataque-; tampoco se atreven a mirar a portería. No hay ritmo ni desmarques, casi siempre se pide al pie. Asimismo, la lentificación del juego provocada por el abuso del "toque paralizante" (cuánto más se toca, menor es la clarividencia) es exasperante.
DOS. Mismo protagonista. ¿Existe algún entrenador en Primera División que haga peor los cambios que Djukic? Siempre tarde y desafortunados.
TRES. Sergio Canales. Ha llegado la hora de exigirle más; que saque a relucir la calidad que se le presupone. Ha tenido minutos y tiempo suficiente para ponerse a tono y coger ritmo tras las graves lesiones sufridas. No puede ser por más tiempo un fantasma que se mueve y trabaja, pero que rara vez acierta, por lo que ser decisivo ni se plantea. Además está jugando en uno de sus sitios preferidos: por el centro. Mediapunta. Quizá incluso la demarcación de mediocentro (o interior en esquema tipo 4-3-3) sería más propicia para él. Lo importante es que ya no juega como interior de banda, un sitio donde literalmente se ahogaba y era una nulidad total. Debe dar dos pasos hacia adelante y corresponder a la confianza que se le ha dado.
CUATRO. Ahora mismo los jugadores más ilusionantes de la plantilla son José Luis Gayà y Fede Cartarbia. Más minutos y responsabilidades para ellos. Sinceramente, creo que son mejores que sus competidores: sólo necesitan confianza y continuidad. Por no hablar de su potencial...
CINCO. Parejo es una de las noticias más positivas del equipo. Posiblemente el más regular y el que mejor lo ha hecho en los minutos que ha dispuesto. No obstante, tampoco es que esté a un nivel superlativo (lo que dice muy poco de sus compañeros).
SEIS. Relacionado con el punto anterior: Banega desaparecido y pasado de forma (con varios kilos de más). El Valencia necesita a su teórico mejor jugador, y Banega no sé si necesita un dietista, un entrenador personal, un psicólogo, un canguro, ... ¡Pero ponédselo!
SIETE. Y seguimos con lo mismo: mojo la cama imaginando un centro del campo con Banega, Canales y Parejo juntos (y en forma).
OCHO. Jonás. Reconociendo su clase y calidad, no soporto su sangre horchatera. Lo que en unos partidos te da, en otros te lo quita.
NUEVE. Creo que la línea defensiva poco a poco ha ido mejorando, lo que tampoco quiere decir mucho.
"Los hombres no tienen ningún secreto. Hay que creer que tienen uno, pero, en el fondo, una vida no oculta nada. A fin de cuentas todo se ve, es decepcionante. Todo el problema consiste en creerse que queda un misterio."
domingo, 15 de diciembre de 2013
viernes, 22 de noviembre de 2013
Experimento con la India, de Giorgio Manganelli
Hasta este libro, no había leído nada de Manganelli. Craso error por mi parte. Éste no es estrictamente un libro de viajes, es mucho mejor; literatura basada en la experiencia del autor en su periplo por India, una India vista (y vivida) desde un punto de vista y una forma de pensar personales, haciendo que la obra resulte verdadera y muy interesante, lo que unido a su poética (y reiterativa) prosa, concluye en una brillante pequeña obra (por la extensión). Me encantó. Sentir la magia y las evocaciones suscitadas a partir de sus percepciones y pensamientos enlazados y sesgados por su origen (y por añadidura mentalidad) occidental. Sentir la India como la sintió él. Una India, podríamos decir, que abarca todo, de mil caras, inasible, extensísima en todos los sentidos: territorialmente, teológicamente, culturalmente, humanamente y todos los mentes más que se puedan ocurrir. Una amalgama de personalidades y contrastes. Un lugar donde la inmortalidad del alma parece estar siempre presente en el subconsciente de las gentes y formar parte de las raíces, la esencia, de la sociedad, siendo lo más terrorífico su capacidad de contagio. Un sitio donde se aceptan los vaivenes y las suertes de la vida con completa normalidad, donde la autocompasión no parece existir. Un espacio donde caben todas las religiones, con innumerables templos, iglesias, mezquitas, etc.; algunas abandonadas y dejadas a merced del tiempo pero igualmente vigentes. Un territorio donde no se olvida la historia, en especial si tiene algo de teológica. Una porción que hipnotiza pero ahoga, que fascina pero atemoriza, que obnubila pero choca.
Experimento con la India es una guía particular, subjetiva, literaria, artística, sesgada; que dice, expresa, transmite mucho más que cualquier guía estandarizada y sin personalidad.
(Experimento con la India - Giorgio Manganelli - Trad: Júlia Benavent - Edicions Alfons el Magnànim)
Experimento con la India es una guía particular, subjetiva, literaria, artística, sesgada; que dice, expresa, transmite mucho más que cualquier guía estandarizada y sin personalidad.
(Experimento con la India - Giorgio Manganelli - Trad: Júlia Benavent - Edicions Alfons el Magnànim)
viernes, 15 de noviembre de 2013
Ferdinand, de Louis Zukofsky
Éste es uno de esos libros a los que se llega por casualidad, como a casi todas las cosas buenas de la vida, y debido a ello, el impacto que me ha causado su lectura, ha sido poderosamente significativo. Louis Zukovsky es un maestro de las letras, del arte de escribir, embolicar y expresar. Creo que totalmente desconocido en la Península, a día de hoy, claro, si todo lo que ha escrito es de la misma calidad (técnica y artística), debería tener un mucho mayor reconocimiento y no quedar sepultado en la desmemoria de la sociedad. Yo, desde luego, recomiendo su lectura fervientemente. Dicho lo cual, es difícil explicar el hipnotismo que provoca Zukovsky, su prosa es como una bruma que envuelve y hechiza; suave, embelesadora, y al mismo tiempo aturrulladora, dispersa, misteriosa; es capaz de pasar de la reflexión concreta a la ambigüedad romántica y esquiva en la misma frase, el mismo párrafo; es como si fuese dando saltos de aquí para allá, sin brusquedad, con levedad y delicadeza, transportando al lector junto a su relato, salpicado de disgresiones y reflexiones acerca de la vida (niñez, familia, guerra, amistad, etc.), poderosas imágenes que se forman inevitablemente en la mente del receptor, sensaciones que experimenta y transmite el protagonista con el narrador como intermediario. Se pasa del tiempo preciso al más inconcreto y difuso, uno parece anclado en la cabina de un barco que navega apaciblemente sobre el cielo, no quiere despegar los ojos de la seductora prosa, ni desea alterar la mente de la mágica atmósfera en la que el autor le ha inmiscuido.
"-Supongo que la consideración de la vida pasada, de la vida de cualquiera se resume en esto: todo lo que se aparta del proyecto de uno es una maldita pérdida de tiempo, salvo cuando se trata de una pausa que nos hace menos solitarios. Conozco un hombre de más de ochenta años que aún sigue trabajando y cuyos designios se polarizaban en la familia. Lo triste es que apenas dispone de una pausa, Me refiero a que las riñas de sus hijos y su observación divertida de las excentricidades de aquéllos, asó como su madura impotencia le proporcionan poco consuelo, aunque le hacen menos solitario. Pero sigue sustentándoles y cualquier otra tarea le parecería una maldita pérdida de tiempo. Tiene una enorme energía el viejo. Bien podría haber empleado parte de ella en escribir una novela sobre su familia -en un momento quiso hacerlo- pero sabía que no pasaría de un puro sentimentalismo, al menos para él, el pensar en ellos en términos de literatura..."
(Ferdinand - Louis Zukovsky - Trad: Aurora Campos y Juan Antonio Matesanz - Barral editores)
"-Supongo que la consideración de la vida pasada, de la vida de cualquiera se resume en esto: todo lo que se aparta del proyecto de uno es una maldita pérdida de tiempo, salvo cuando se trata de una pausa que nos hace menos solitarios. Conozco un hombre de más de ochenta años que aún sigue trabajando y cuyos designios se polarizaban en la familia. Lo triste es que apenas dispone de una pausa, Me refiero a que las riñas de sus hijos y su observación divertida de las excentricidades de aquéllos, asó como su madura impotencia le proporcionan poco consuelo, aunque le hacen menos solitario. Pero sigue sustentándoles y cualquier otra tarea le parecería una maldita pérdida de tiempo. Tiene una enorme energía el viejo. Bien podría haber empleado parte de ella en escribir una novela sobre su familia -en un momento quiso hacerlo- pero sabía que no pasaría de un puro sentimentalismo, al menos para él, el pensar en ellos en términos de literatura..."
(Ferdinand - Louis Zukovsky - Trad: Aurora Campos y Juan Antonio Matesanz - Barral editores)
domingo, 10 de noviembre de 2013
Dilemas
La paradoja existente entre ser lo que de verdad uno es -y la dificultad que entraña darse cuenta y aceptarlo por uno mismo- y lo que uno querría ser -y los espejismos experimentados que le animan a ello-.
viernes, 8 de noviembre de 2013
Pelear
Tengo la impresión de que la vida está constituida por peleas y más peleas... de las que uno sale derrotado.
lunes, 4 de noviembre de 2013
domingo, 27 de octubre de 2013
viernes, 25 de octubre de 2013
Comprar un libro por su comienzo: Albert Camus
"Hoy ha muerto mamá. O quizás fue ayer. No lo sé. Recibí un telegrama del asilo: "Falleció su madre. Entierro mañana. Sentidas condolencias". Pero eso no quiere decir nada. Quizá fuera ayer."
(El extranjero - Albert Camus - Trad: Bonifacio del Carril - Emecé editores)
(El extranjero - Albert Camus - Trad: Bonifacio del Carril - Emecé editores)
miércoles, 23 de octubre de 2013
Impases
Pasarse toda la tarde ensimismado, frente al ordenador, escuchando una y otra vez la misma canción.
Nobody´s Home, Meredith Brooks.
Nobody´s Home, Meredith Brooks.
martes, 22 de octubre de 2013
Madres...
Sea Chanty
My mother hates the sea,
my sea especially,
I warned her not to;
It was all I could do.
Two years later
the sea ate her.
Upon the shore I found a strange
yet beautiful food;
I asked the sea if I could eat it,
and the sea said I could.
- Oh, sea, what fish is this
so tender and so sweet? -
- Thy monther´s feet - was its answer.
(Gregory Corso)
Saloma del mar
Mi madre detesta el mar
especialmente mi mar;
La avisé que no lo hiciera;
era todo lo que podía hacer.
Dos años más tarde
el mar se la comió.
En la orilla encontré una extraña
pero maravillosa comida;
Pregunté al mar si podía comerlo,
y el mar me dijo que podía.
- Oh, mar ¿qué pescado es este
tan tierno y tan dulce? -
- El pie de tu madre - fue su respuesta
(Gasolina y otros poemas de Gregory Corso - Trad: Diego A. Manrique - Star Books)
My mother hates the sea,
my sea especially,
I warned her not to;
It was all I could do.
Two years later
the sea ate her.
Upon the shore I found a strange
yet beautiful food;
I asked the sea if I could eat it,
and the sea said I could.
- Oh, sea, what fish is this
so tender and so sweet? -
- Thy monther´s feet - was its answer.
(Gregory Corso)
Saloma del mar
Mi madre detesta el mar
especialmente mi mar;
La avisé que no lo hiciera;
era todo lo que podía hacer.
Dos años más tarde
el mar se la comió.
En la orilla encontré una extraña
pero maravillosa comida;
Pregunté al mar si podía comerlo,
y el mar me dijo que podía.
- Oh, mar ¿qué pescado es este
tan tierno y tan dulce? -
- El pie de tu madre - fue su respuesta
(Gasolina y otros poemas de Gregory Corso - Trad: Diego A. Manrique - Star Books)
lunes, 21 de octubre de 2013
Patito feo
"El patito feo esperó siempre, acurrucado en un rincón de su pequeña habitación, la llegada del Hombre Amarillo. Y, sin embargo, en la escuela le prometieron que, en cualquier encrucijada, el Hombre Amarillo puede tenderte la mano. También le prometieron -sus padres, pobre chico- que algún día llegaría a ser un cisne. Pero sus plumas perdían, poco a poco, el color y un buen (?) día desapareció sin dejar rastro, quién sabe qué habrá sido de él."
(Poesía completa - Leopoldo María Panero - Visor)
(Poesía completa - Leopoldo María Panero - Visor)
domingo, 20 de octubre de 2013
El sentido del matrimonio
Sirve, para no estar solo, absolutamente solo, en la vejez. Tener compañía una vez que nadie se interesa por ti. Lo demás son embustes y falacias.
sábado, 19 de octubre de 2013
Pequeña muerte
Esas siestas que te dejan los músculos atontados, con un leve, continuo y placentero dolor.
miércoles, 16 de octubre de 2013
Comprar un libro por su comienzo: Marcellus Emants
"Mi mujer está muerta y ya ha recibido sepultura.
Estoy solo en casa, yo solo con las dos criadas.
De modo que soy libre de nuevo, pero ¿de qué me sirve ahora la libertad?
Tengo al alcance de la mano todo lo que vengo anhelando desde hace veinte años -ya he cumplido treinta y cinco-, pero me faltan arrestos para tomarlo. Y de todas formas, ya no lo disfrutaría."
(Una confesión póstuma - Marcellus Emants - Trad: Gonzalo Fernández Gómez - Sajalín editores)
Estoy solo en casa, yo solo con las dos criadas.
De modo que soy libre de nuevo, pero ¿de qué me sirve ahora la libertad?
Tengo al alcance de la mano todo lo que vengo anhelando desde hace veinte años -ya he cumplido treinta y cinco-, pero me faltan arrestos para tomarlo. Y de todas formas, ya no lo disfrutaría."
(Una confesión póstuma - Marcellus Emants - Trad: Gonzalo Fernández Gómez - Sajalín editores)
martes, 15 de octubre de 2013
Extractos: La música y la vida
"Hay canciones en la vida que te dan ganas de pisar el acelerador, de vivir, de follar... no digo que sean obras maestras, no, son cancioncillas inofensivas, casi banales, pero que consiguen darte ganas de pararte, de mirar a tu alrededor y disfrutar del instante... el tipo de música que te hace ver la vida como debería ser siempre: bonita, ¿entiendes?; desconocidos que no he visto en mi vida, me sonríen de repente, como si entendiesen el momento de felicidad que sentía al ver la vida como la veo gracias a la música."
Antoine, personaje de Café de flore, film de Jean-Marc Vallée.
Antoine, personaje de Café de flore, film de Jean-Marc Vallée.
miércoles, 9 de octubre de 2013
Sobre el ser humano y el fracaso
¿Por qué sigue teniendo miedo a fracasar cuando todo lo que ha intentado ha sido un fracaso?
martes, 24 de septiembre de 2013
jueves, 19 de septiembre de 2013
El puto cáncer en carne propia
Ruth Picardie la va a palmar. Este
libro muestra cómo afrontó un cáncer con metástasis (incurable, terminal) a
través de escogidos emails que manda y recibe en el transcurso de su
enfermedad, y unos artículos que escribió para Observer. En orden
cronológico. Son emails personales y artículos directos: hablamos de una obra
sin artificios. El único que hay es el humor; un humor ácido y a veces
cruel; la única opción para sobrellevar la terrible enfermedad y la muerte
acuciante que acecha a la vuelta de la esquina. Muestra que a pesar de la
enfermedad y la inminente muerte, sigue pensando en las mismas cosas que
podrían considerarse superficiales pero que llenan una vida: sexo, aspecto
físico, complementos y vestimenta, etc. Ocio y socialización. Ironiza con y sobre
todo. A su vez resulta duro. Emociona. Transmite. Es cercana. Un libro que
ayuda a comprender mejor la vida contemporánea... y el golpe que supone la
muerte; añado: vivir sabiendo que te queda poco de vida y que a partir de ahora
vas ir a peor y cuesta abajo. Además, cuando se es joven –32 años- y se tienen
hijo e hija de apenas año y pico. Hace reír y llorar, no obstante la amargura se mantiene en todo momento -no existe escapatoria posible-.
Extracto de email de su amiga
Carrie, 29 de Julio de 1997: “No, No, No, No, No, No, No. Esto no puede
estar pasando, Ruthie. No tengo palabras para expresar lo que he sentido al
recibir tu e-mail, pero, entre otras emociones, hay mucha rabia, mucho llanto y
la sensación de haber sido aplastada. ¿Cómo puede una persona recibir tantas
malas noticias? ¿Cómo la medicina moderna, tradicional o alternativa no pueden
tener ningún remedio para esta enfermedad? No sabes cuánto odio esta
enfermedad. Odio que mueras joven, que te prive de tu futuro con tus hijos y me
prive a mí de mi amiga más leal y querida. Odio que te deje inerme: que te
manipule como una marioneta, y que tú, la señora-Picardie-siempre-controlada,
no puedas controlar nada. Odio que hayas puesto tanto esfuerzo en derrotar esta
enfermedad y que consigas nada, nada en absoluto, a cambio. Odio que ni
siquiera puedas vivir lo que te queda con buena salud. Ojalá pudiera decir algo
positivo acerca de este horror. Pero no puedo. No hay justicia en el mundo y
queda claro que tampoco hay Dios.”
(Antes del adiós - Ruth Picardie - Trad: Cristóbal Pera - Galaxia Gutenberg)
sábado, 7 de septiembre de 2013
El culo
Estaba sentado en un parque, viendo a las chicas pasar, qué
piernas pensé cuando pasó la maciza rubia, que ya debería rondar los cuarenta y
pico, pero que buena que estaba, pasó por delante de mi cara, se contoneó
provocándome una erección difícil de disimular, porque iba en chándal, pero
principalmente porque tengo un pene gordo y grande, el caso es que el pantalón
le quedaba ceñidísimo en ese culo maduro pero en excelente forma, se notaba que
iba al gimnasio, su culamen era soberbio, respingón, hipnotizante. No pude
sacármelo de la cabeza, ese culo maduro tan bien formado no paraba de
revolotear por mi cabeza, mientras yo estaba con una erección de la ostia, con
ganas de pegar un polvo salvaje precisamente al culo que había pasado hace unos
momentos por delante de mis narices, que había fotografiado con los ojos y no
podía borrar de mi cabeza, ese maravilloso culo de mujer madura, de cuarenta y
pico, probablemente más cercana a la cincuentena, sin duda tenía un pandero
difícil de olvidar: tan bien formado, tan seductor, tan atractivo,... en ese
momento habría dado mi vida por tener ese culo frente a mi polla y clavársela
hasta el fondo, disfrutar como un chaval con zapatillas nuevas de esas caras
que llevan los pijos que están tan en boga, hacérla llegar al orgsamo, bombear
hasta la extenuación, hasta quedarme seco, sin una gota de semen; ese imán que
tiene como trasero seguro que está cotizado, porque yo, que tengo unos cuantos
años menos que la señora portadora del trasero, estaba conmocionado, no, más bien
turbado, ante el impacto de aquel prodigioso cacas, cuyo agujero me imaginaba
taladrando con mi mastín largo y regordete, mientras no podía disimular la
tremenda erección, yo ahí sentado en un banco de un parque público y la gente
mirándome la entrepierna, yo ahí supercachondo sufriendo un orgasmo mental
mientras los demás pasaban por delante a paso veloz con una mezcla de horror y
fascinación ante la emoción que estaba experimentando, y es que no podía parar
de pensar en aquel culo, EL CULO, que había pasado ante mis ojos como si nada
empero ahora ya no podría borrar de mi mente, me imaginaba follando el
agujerito de las admirables nalgotas que se habían incrustado en mi memoria y
el éxtasis volvía a mí, se notaba ya que vestía chándal y mi miembro de tamaño
considerable estaba lo más alzado que nunca ha estado, deseando agarrar el culo
de una cuarentona camino de los cincuenta, cuyo trasero era ineludiblemente
atractivo, me daba lo mismo ser bastante más joven que aquella señora con el
mejor culo jamás visto por mi persona; al lado de ese culo, todas las barbies
se podían ir a la mierda, sí, me quedaba de calle con el culo cuarentón,
extraordinariamente atractivo, que se contoneaba sabiendo que era el culo más
hermoso y al mismo tiempo más turbador existente en el mundo, sabiendo que a su
paso provocaba millares de erecciones de las más variopintas personalidades, y
yo mientras, en el banco del parque, sentado, que no lograba sacarme de la
cabeza la imagen del pandero alejándose de mí tras haberme provocado la
erección más brutal que he experimentado en vida, yo ahí, todo cachondo,
deseando acariciar primero para después agarrar con brusquedad ese pandero,
venerarlo como si del mismísimo Dios, en caso de existir, se tratara, y por
supuesto bombearlo hasta la extenuación, porque ese culo era capaz de soportar
las más intensas acometidas del más grande de los pollones, ése Dios ya habría
recorrido lo suyo y se habría enfrentado a las más diversas vergas, y en cambio
no a la mía, yo que nunca he deseado más meterla en un agujero que en ése,
meterla en el apabullante culo de la casi cincuentona cuyas caderas no tenían
nada que envidiar a las de una veinteañera, con ese culo bien apretado al
pantalón, musculoso, macizo, voluminoso en su justa medida y con forma de manzana,
que me cautivó y me hipnotizó y me hizo llegar al éxtasis supremo sin ni
siquiera tocarme, yo ahí en medio del parque viviendo un orgasmo mental, con
toda la sangre en la base del pene sobresaliendo de los calzoncillos y formando
una tienda de campaña en el pantalón del chándal, lo que habría dado en ese
momento por acometer la sacudida más fiera, con mi gran pene y sus portentosas
caderas, introduciéndolo por el orificio anal que más he deseado en mi vida, y
en cambio estaba sentado en el banco del parque con la cabeza en otra parte,
mientras la gente que pasaba me miraba con horrorizada curiosidad, y yo que no
podía evitar pensar en el maravilloso culo que se había posado ante mis ojos, y
me entraban ganas de percutirlo ininterrumpidamente día y noche, pero el
pandero se esfumó y solo quedaron las imágenes de mi cabeza, imágenes que por
una parte hubiese deseado borrar para dejar de sentir la voluptuosidad que
acompañaba de movimientos bruscos involuntarios, no podía escapar de aquel
trance aunque me invadiera una sensación inconsciente de vergüenza, pero el
éxtasis sin duda nublaba mi consciencia, y yo que no paraba de ver en mi cabeza
ese culo contoneándose frente a mí, y me imaginaba agujereandolo con mi pollón,
y en cambio estaba en el banco del parque, ahora tumbado, moviéndo mis
extremidades descoordinadamente, gozando sólo de imaginarme en situación; y la
gente me miraba y me señalaba entre extrañada y perturbada, mientras yo seguía
pensando en el culo más potente y turbador que había visto en mi vida, y que se
había alejado de mí como una diosa inalcanzable a la que sólo podría venerar
mientras su imagen permaneciera en mi cabeza, las sacudidas de mis extremidades
cada vez eran más notorias y extrañas, la voluptuosidad no me dejaba salir del trance,
mientras, yo ahí, sintiendo infinitas descargas de placer, y eso que por la
mañana me propuse ir al parque para leer el periódico y desentumecer el cuerpo,
quién iba a imaginarse que me encontraría el mejor culo del mundo, que además
me hechizaría y me convertiría en un pseudoepilético de la
voluptuosidad, sí, qué sensaciones era capaz de provocar en mí la mera imagen
del culo más perfecto del mundo, el culo que portaba una cuarentona ya camino
de los cincuenta, con ese pantalón apretado que dejaba ver la rotundidad y
atractivo de éste, ese culazo que me habría encantado llenar de besos y saliva,
para después empuñarlo y proceder sobre él con violencia, no podía quitármelo
de la cabeza mientras me revolvía en el suelo, había encontrado EL CULO, y mientras
permaneciese la nítida imagen de ese culo contoneándose y provocando todos mis
sentidos no podría parar de lanzar alaridos e imprecaciones debido a la
voluptuosidad, había encontrado el pandero más perturbador del mundo y lo había
dejado escapar, pero mientras, su imagen permanecía en mi cabeza y yo rodaba y
me estremecía en el suelo, lanzando sacudidas espontáneas e incontroladas, y mi
gran pene marcándose a través del pantalón de chándal, yo, que había esperado
una mañana apacible y sin complicaciones, me veía inmerso en un éxtasis que no
era capaz de controlar, todo porque había visto pasar ante mis ojos el culo más
bien formado que puedo imaginar, culo cuya dueña probablemente era una
cuarentona camino de los cincuenta, joder qué culo y cómo me hubiera gustado
agujerearlo con mi inmensa verga.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)